La moda wertheriana llega a tales extremos que se fabrican muñequitos de porcelana con los personajes y hasta un perfume llamado Eau de Werther.
No falta quien piense en una ola de suicidios alentados por la novela.Los jóvenes empezaron a suicidarse de forma que imitaba al porotafonista.Por este hecho las autoridades de Italia, Dinamarca y Alemania la prohibieron.
Pero las desdichas del libro corrieron parejas con su recibimiento com por ejemplo:
- En Leipzig se penaba con multa al comprador de Werther, que debía difundirse clandestinamente, según cabe suponer.
- La Facultad de Teología de dicha ciudad prohibió su lectura a los alumnos, con el argumento de que era un solapado elogio del suicidio.
- El arzobispo de Milán cortó por el medio: mandó comprar y destruir los ejemplares del libro que había en la ciudad.
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